Tu libertad, ¿pisa la mía?
En estos días he podido ver cómo muchas personas que creen que son libres, porque proclaman su libertad porque no están casados, ni tienen hijos, ni hipoteca, ni trabajo con horario fijo, ni tantas ataduras que tenemos muchos otros. Lo cierto es que escarbas un poquito y resulta que tienen muchas y peores ataduras que el resto porque las tienen dentro de su cabeza y teniendo que hacer ver a los demás a cada momento que son distinto, cuando realmente somos todos iguales por mucho que no lo queramos. Estoy segura de que si un día hablaramos tranquilamente de ciertas cosas que se consideran libertad, se darían cuenta que son menos libres de lo que creen y que no respetan la libertad de los demás. Para mí la libertad es que me dejen ser yo misma en cualquier momento y me respeten tal y como soy, igual que yo hago con el resto de la gente, y que se intente opinar de todo pero sin tener que dañar a nadie. Se puede bromear sobre todo o casi todo, pero hay que saber dónde y dentro de qué contexto. Nunca me he considerado polémica, es más, suelo pasar desapercibida para mucha gente, cosa que me agrada bastante porque es más fácil observar y sacar conclusiones, pero hay veces que te ponen de mala leche y tienes que saltar. Mi libertad NO empieza donde acaba la tuya ni viceversa, podemos compartirla. Besos y que nadie se sienta aludido porque creo que el que me puso de mala leche no entra por aquí.
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