El visitante
Sé que estaba aquí, no podía ser de otra forma. Notaba su presencia, era inconfundible.
Le esperaba atento, como otras noches, no se iba a conformar con cualquier cosa.
Era una noche tremendamente cálida, el calor se mascaba , el ventilador daba y daba vueltas, en un giro infinito, pero... no conseguía dormir.
Empezó a acercarse, podía estar en mis pies, mis piernas, mi cuerpo, mis brazos, mis manos... pero no.
El tenia un fin y yo lo sabia, no tenia opción, el iba a ganar, como siempre...
Caeré rendido a sus pies, no abra consuelo para mi, la larga noche no tendría fin... su destino... mis oídos.
Maldito mosquito, te odio, mosquito rencoroso, por cuantos te vengas... llegaras a mis oídos, lo sé... pero tu... morirás.
Denzel
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