Un canto al amor
Y empezaron de nuevo sus vidas, cada una en su monotonía sin darse cuenta de lo que sentían la una por la otra. Sin saber habían unido sus vidas para siempre pero tenían que esperar unos años a que el destino las volviera a unir para darse cuenta de ello. Eran demasiado jóvenes y todo les llevaba por caminos de risas, bromas y fiestas, notaban las miradas de complicidad, sin quererle prestar demasiada atención para que no fuera un impedimento en su amistad, no querían que nada se cruzara en esa relación que existía entre ellas. Nunca hablaban de chicos, siempre del futuro, de volar hacia un destino de aventuras. No hablaban de crear una familia, no les llenaba esa parte de la vida, eran muy jóvenes, pero cuando se volvieron a encontrar descubrieron que era algo más lo que habían vivido y que ahora nadie les impediría poder ser felices la una con la otra. Se querían y no había nada más que decir. Eran felices estando juntas, rozando sus pieles suaves y sintiendo el cuerpo de esa persona que hace años fue su confidente, amiga y ahora amante. No importa que las miren, no importa que no las entiendan, sólo importa que ahora son felices y no les importa mostrar al mundo su amor. No saben si les saldrá bien o mal, pero eso ¿quién lo puede saber? No les pongáis dificultades, no intentéis poner trabas a su amor. Dejar que sean felices. Sólo es amor, pero de esto no nos sobra, así que donde quiera que lo encontréis aferraros a él y no lo dejéis escapar. Respetad a quienes se aman e intentar enseñar a amar a quien no sabe.
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